viernes, 17 de noviembre de 2017

Los de 'la manada' no son violadores

Todavía. Lo tiene que determinar un juez. Por eso les están juzgando. Mientras no lo haga, y a fecha 17 de noviembre a las cinco de la tarde no lo ha hecho, no les puedes llamar violadores, y si lo haces igual te acusan de calumnias. Es lo que tiene la justicia, la presunción de inocencia, el "todos somos iguales ante la ley" y todas esas cosas que nos inventamos para que el tirano de turno no abuse. Por eso, precisamente por eso, ningún medio se atreve a decir abiertamente que son violadores: todos usan la coletilla de "supuesto" si saben hablar o "presunto" si son unos analfabetos que no dominan el idioma.

Lo debe decir este señor, no tú

Te pongo en antecedentes por si eres marciano y no sabes de qué va la vaina. El 7 de julio de 2016, en plena fiesta de los Sanfermines, una chica de 18 años denuncia haber sido violada por un grupo de cinco hombres que se hacía apodar "la manada". Parece haber pruebas abundantes de que los hechos ocurrieron tal como ella dice, entre las que destacan grabaciones de vídeos y mensajes de WhatsApp. Los acusados, por su parte, sostienen que todo fue consentido. En estos días los tribunales de Pamplona están ocupándose del caso, lo que explica que acapare espacio en los medios, casi al nivel del cansinismo de Cataluña.

Recalco: el juez está en ello. Es él, profesional formado y competente en el tema, quien tiene que valorar qué pruebas son relevantes y creíbles y cuáles no. Es él, y no ningún juicio paralelo en la prensa o en las redes sociales, quien decide si los acusados son culpables. Mientras tanto, son inocentes. Nuestro sistema judicial tiene muchas cosas que mejorar, particularmente respecto a su independencia del poder político, a los plazos larguísimos de funcionamiento, a alguna que otra ley manifiestamente mejorable y a despropósitos como la prescripción de según qué delitos, pero hay una cosa que está muy bien hecha: la garantía de que todo el mundo, por despreciable que parezca ser, tiene derecho a un juicio justo. Que habrá excepciones en las que no ocurra que seguro que conoces y puedes enumerarme, vale, pero sobre el papel es lo que hay, y cuanto más se respete, mejor.

Si el crimen cometido es cierto, los acusados pasarán a ser gentuza que merece pudrirse en la cárcel. Pero eso: "si", en condicional. Mientras tanto, son inocentes. Ellos y cualquiera que se vea en una situación parecida. Por eso es muy ridícula esa campaña que dice que hay que "creer" a la denunciante, o alguna que otra gilipollas que se ríe de la presunción de inocencia. No señor. Esto es justicia, no fe. Aquí no se cree nada, sino que se comprueba. Por chungo que parezca y por claro que aparente estar todo. No sería la primera vez que se mete la pata.

Otro debate, completamente distinto, es la catadura moral de los abogados de la defensa, que pretenden utilizar a su favor el hecho de que la (de momento supuesta) víctima rehizo su vida después de la (idem) agresión, cosa que han comprobado de manera tan rastrera (pero legal) como poniéndole un detective para vigilarla. Los de El Mundo Today han hablado al respecto y cualquier coma que se añada en ese sentido es superflua. Y por supuesto, tampoco es razonable decir, como se está oyendo en según qué sitios, que la culpa de una violación es de quien la sufre por "ir provocando". De hecho, es una imbecilidad que se repite demasiado a menudo y que, como sociedad, no podemos tolerar. Pero nada de eso justifica las sentencias paralelas. Dejemos a los jueces trabajar, que para eso les pagamos.